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La contaminación plástica tiene solución, pero el planeta necesita un plan

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Muchos gobiernos y organizaciones trabajan mucho para abordar el problema del desperdicio de plástico y la contaminación. Pero el problema está empeorando y los esfuerzos no son suficientes. Creemos que el mundo necesita un tratado de la ONU para abordar verdaderamente este asunto.

Woman filling a plastic bottle from an in-store refill machine that dispenses Surf and OMO products.

El plástico es un material valioso. Es crucial para la distribución segura y eficiente de productos y tiene una huella de carbono más baja que muchas alternativas. El problema es que una gran cantidad termina en el medio ambiente.

De hecho, se prevé que la crisis de contaminación plástica aumentará entre la actualidad y 2040: se duplicará el plástico virgen creado y se cuadruplicará su deshecho en el océano.

No podemos permitir que eso suceda.

Pero prohibir el plástico por completo no es la salida. La solución radica en reducir el uso de plástico virgen (fabricar lo menos posible en primer lugar) mientras se mantiene todo el plástico que se produce en una economía circular (tratándolo como un recurso y no como un desperdicio).

Trabajamos sin parar en ambos frentes porque aceptamos plenamente que el plástico que producimos es nuestra responsabilidad. Nos comprometimos a reducir a la mitad nuestro uso de plástico virgen para 2025, en parte eliminando más de 100 000 toneladas de plástico de nuestros empaques, y diseñamos todos nuestros empaques para que sean totalmente reutilizables, reciclables o compostables. Y estamos bien encaminados.

Dove’s new concentrated body wash products with reusable aluminium bottles and small, recyclable refill bottles.

También firmamos acuerdos voluntarios de la industria, incluido el Compromiso Global por la Nueva Economía del Plástico, que tiene como objetivo erradicar el desperdicio de plástico y la contaminación en el punto de origen, y varios pactos sobre el plástico que reúnen a gobiernos, ONG y empresas para acelerar el progreso hacia la reutilización y readaptación del plástico.

Estos acuerdos están dando resultado. Según el Informe de Progreso sobre el Compromiso Global 2021, las marcas y los minoristas involucrados han reducido colectivamente su consumo de plástico virgen en empaques por segundo año consecutivo. Esta trayectoria se verá acelerada por los nuevos compromisos que harán que el uso de plástico virgen disminuya casi un 20 % en términos absolutos para 2025 en comparación con 2018.

Sin embargo, mientras todo avanza en la dirección correcta y va tomando fuerza, este tipo de compromisos por sí solos no son suficientes: tenemos que ir mucho más allá y con mayor rapidez.

Si no se cambia la manera en que las naciones usan, reciclan y, en última instancia, reducen el uso de plástico, no solucionaremos el problema. Necesitamos una acción global y contundente que llegue a la raíz del problema. Y, en algunos casos, eso significa pasar de medidas voluntarias a obligatorias.

Es por eso que, junto con más de 70 empresas, pedimos un tratado de la ONU ambicioso y legalmente vinculante, basado en un enfoque de economía circular, para abordar la contaminación plástica a escala global, similar al Acuerdo de París que nos puso en camino para hacer frente a la crisis climática.

Necesitamos un objetivo y un enfoque en común

La contaminación plástica no comienza ni termina en las fronteras nacionales, por lo que el mundo necesita una respuesta internacional coherente y coordinada que aborde el problema en su origen. Una economía circular del plástico también ayudará a abordar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, al mismo tiempo que producirá un impacto social y económico positivos.

Creemos que el tratado debe hacer que todos los gobiernos, las empresas y la sociedad civil lleguen a un entendimiento común de las causas y establezcan un enfoque compartido para abordarlas. Para las empresas y los inversores, esto crea igualdad de condiciones y evita un entramado de ambiciones y soluciones no relacionadas, al tiempo que establece las condiciones adecuadas para una economía circular del plástico a fin de que funcione en la práctica y a escala.

También creemos que debe ser legalmente vinculante e incluir objetivos obligatorios para limitar la producción de plástico virgen, a nivel del gobierno nacional, y de este modo fomentar la responsabilidad. Al asegurar que todos los países participen y cumplan con estos objetivos, se desbloquearán las inversiones necesarias para escalar las innovaciones, la infraestructura y las habilidades en los lugares que más apoyo necesitan.

Y hay buenas razones para ser optimistas y pensar que se puede crear y adoptar un tratado de este tipo: casi dos tercios de los estados miembros de la ONU (130 países) ya respaldan la idea, al igual que un número cada vez mayor de empresas y grupos de inversores. Las personas también exigen medidas. Más de 2 millones de personas han firmado la petición del tratado por parte de la WWF. Pero necesitamos más organizaciones y personas que demuestren su apoyo a fin de ejercer presión sobre todos los gobiernos para que comiencen a trabajar en la implementación del tratado.

Cif ecorefill pouring into bottle. The refills use 75% less plastic and, by diluting at home, 97% less water is transported.
Ya tenemos las soluciones necesarias para reducir el flujo anual de plástico al océano en aproximadamente un 80 % para 2040.

Como señala el informe Breaking the Plastic Wave (Rompiendo la ola del plástico) de The Pew Charitable Trusts, no es la falta de soluciones técnicas lo que nos impide abordar la contaminación plástica, sino la falta de marcos regulatorios, modelos comerciales y mecanismos de financiación adecuados.

Rock pools

Sume su voz a la petición

Necesitamos un acuerdo global y legalmente vinculante de manera urgente que involucre a todos los países para poner fin a esta crisis antes de 2030. No hay tiempo que perder.

Puede firmar la petición de la WWF aquí

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